Memorias de un Hombre Libertino

Crónicas vividas, deseadas,soñadas o quién sabe que,por un tipo algo soberbio, libertino y también algo racista, bisexual por naturaleza, pero heterosexual ante la sociedad.

lunes, agosto 31, 2009

Como te saco de mi presente, de mi mente.

Pensando en Rainer, me dormí, en un momento sentí que Eliana, su hermana, mi enamorada, me comenzó a tocar, creo que el licor recién le estaba haciendo efecto, dicho sea de paso, siempre que tomamos la libido se nos alteraba un poco, yo me arreché un poco, estaba medio somnoliento, pero el recordar todo lo que había pasado en la madrugada, hizo que pudiésemos tirar rico.

Mientras cachaba, pensaba en Rainer, me tiré a mi flaca con una pasión incontrolable, era un volcán a punto de estallar, necesitaba disipar mi cabeza y quitarme todas atisbo de arrechura prohibida.

Eran las 12 del mediodía aproximadamente, cuándo me dio hambre, salí de la habitación de mi mujer, bajé en bóxer a la cocina, a ver si encontraba algo, solo estaba la empleada, preparando el almuerzo, le pedí un vaso de coca cola helada y una ensalada de frutas con yogurt, por suerte me atendió rápido, me cagaba de hambre.

Sonó el intercomunicar, era Eliana, quería que le subiese un jugo de piña helado, Maria (la empleada) lo preparó al instante, mientras subía al segundo nivel llevando la rica bebida astringente, llegando a la habitación de Eliana, salió Rainer del cuarto de huéspedes, me saludó, estaba fatal, le respondí el saludo con los ojos, me dijo que tenía hambre, lo enfrenté naturalmente, sin ningún tipo de temor o algo parecido, pensé que quizás había olvidado lo sucedido en la madrugada, así que me hice el huevón.

Le dije que en la cocina estaba María, que le pida lo que quisiera y que si deseaba podía quedarse para comer, asintió con la cabeza, total ya eran casi la una de la tarde, me pidió prestado el baño para ducharse, lo dije que normal, que el departamento era de su hermana, así que normal, no dijo nada bajó hacía la cocina.

Creo que no recordaba nada, era lo mejor, me gustó la forma en que me trató, ya no era el insoportable hermano celoso que no dejaba de mirarme horas antes, su semblante era diferente, para recién habernos conocido la relación se presentaba tranquila, y eso me causaba una perfecta impresión, tenía muchas ganas de conocerlo más.

sábado, agosto 29, 2009

Casi me rendí, hasta que pensé en mí.

Mientras acariciaba el bulto de mi cuñado, sentía que se agitaba, como si estuviese conciente de lo que estaba pasando, me puse algo nervioso, tenía que volver a mi sano juicio, estaba cometiendo demasiadas locuras, acababa de conocerlo, no sabía en ése momento que la vida nos depararía ser hermanos políticos, no lo desee, no lo imaginé, era una tentación muy fuerte, era mi tipo, un hombre, como los que a mi me gustan, pero ya era demasiado riesgo.

Le subí el jeans, levanté su cierre, le dí un beso, le dije muchas cosas, pensé que quizás estaba desaprovechando una oportunidad deseada, pero tampoco era lo ideal, hacer algo con una persona dormida é inconciente, no tenía sentido, al menos, no era el momento, quizás en otra ocasión podría pasar algo súper excitante, no era el lugar ni el momento, me repetía a cada momento.

Salí rápido de allí, Eliana estaba aún en la ducha, pues todo esto sucedió en un lapso de 10 minutos a lo mucho, saqué una frazada y volví a donde yacía Rainer, seguía durmiendo, roncaba como camionero, me arreché al verlo de espaldas, tenía buen trasero, me provocó tocarlo, lo hice.


Cerré la puerta con pestillo, antes de cubrirlo con la frazada, acaricié su trasero, estaba durito, era impresionante la forma en que lo estaba tocando, me estaba aprovechando de él, pero lo estaba gozando.

Empecé a olerlo, besé sus brazos, olí su cabello, su rostro, seguí besándolo, tenía la necesidad de hacerlo, era como si tuviese a alguien al que siempre lo estuviese esperando, me sentía así, era mi presa, yo era el verdugo.

Finalmente, lo tapé con la frazada y salí del cuarto, bajé a la cocina a servirme algo, tenía la boca seca, mi sangre hervía, estaba totalmente tenso, la experiencia fue única.

Luego de tomarme un vaso de vodka, subí a descansar, mi cuerpo pedía descanso, ya era mucho para lo que viví en ése día, Eliana a los pocos minutos salió de la ducha y me acompañó.

¿Rainer se acordaría de lo que pasó al despertar? Me dormí pensando en ello y en él.

jueves, agosto 27, 2009

Recuerdo aquél momento, en que te pude tener

Eliana me volvió a preguntar por su hermano, le insistí que lo llamase, luego de repetidas timbradas, Rainer contestó:

Rainer ¿dónde estas? – preguntó Eliana
Aquí en el cuarto de huéspedes, estoy descansando
No habías salido a comprar cerveza – insistió
No vine a descansar, me siento algo mareado
Ya está bien, descansa, mis amigos ya se van en un rato
Me despides de todos.


Por una parte me sentí tranquilo, nadie se dio cuenta de los casi quince minutos que estuvimos allí metidos, le dije a mi flaca si quería que fuese a comprar algo, pero me dijo que no, ya eran las cinco de la mañana, sus amigos ya se iban, yo estaba cansado, todo el trajín emocional, me tenía agotado.

Estuvimos charlando unos minutos más, los amigos de Eliana, todos algo mareados, pero nadie borracho, se fueron, la chica que trabajaba en la casa de mi flaca, llegó justo a las seis, para que comience a limpiar, ambos estábamos cansados, realmente necesitábamos dormir.

Antes de dirigirnos a descansar le dije ami flaca que pasaría por la habitación de huéspedes para ver si Rainer tenía algo para taparse, ella me dijo: voy a bañarme antes de descansar, fíjate si mi hermano está bien y vienes para dormir. Sonreí feliz.

Al entrar a la habitación donde Rainer dormía, sentí crecer algo en mi entrepierna, mi cuñado dormía plácidamente, su rostro completamente relajado inspiraba ternura, me acerqué, toqué su rostro, sus labios, su cabello, lo besé, lo besé como nunca había besado a nadie, olía riquísimo, era un aroma muy masculino.

Comencé a acariciarlo, toqué sus piernas, su pecho, su trasero, abrí el broche de su jeans, bajé el cierre, dormía erecto, estaba con un excitante calzoncillo rojo, tenía buen bulto, me quedé mirando, toqué, acaricié su hombría, mis manos temblaban.

martes, agosto 25, 2009

De un lado tú, rompiéndome la calma

Si supieran la vorágine de cosas que sentía por dentro, era algo súper excitante, estar con el hermano de mi flaca en el baño de su departamento, tenerlo ahí parado, frente a mí, con los pantalones abajo, era una tentación tan grande, pero también una prueba dura, pues posiblemente, su hubiese cedido, habría pensado muy mal de mí, quise tomar el riesgo, pero finalmente, no accedí.

Mientras pensaba y pensaba, mientras nos besábamos, tocaron la puerta, sentí miedo, fue como si todo se hubiese detenido, nos miramos, siguieron tocando, hablé:

Está ocupado, ¿quién es?
Luigi ¿eres tú? – dijo mi flaca
Si, soy yo – respondí asustado
Dime, ¿sabes donde está Rainer?
Salió a comprar cervezas creo, ¿Por qué?
No sabía que había salido, necesito algunos snacks
Llámalo a su celular para que te traiga
Está bien, lo llamaré


Quedé petrificado, Rainer ya se había subido el jeans, al igual que yo, le hice señas para que apagase su celular, lo hizo rápido, no nos dijimos nada, hubo un corto silencio cómplice entre ambos.

Me fijé por el pestillo, si había moros en la costa, por suerte en el segundo nivel del dúplex de mi flaca, donde estaba el baño, no había nadie, salí sigilosamente, y bajé, Eliana estaba en la cocina conversando con una amiga, los demás estaban en la sala, no me vieron bajar, mejor dicho no me vieron salir del baño, Rainer se quedó unos minutos más, al salir lo vi entrar al cuarto de huéspedes, buena táctica, así nadie se iba a dar cuenta, total ya estaba borracho.



viernes, agosto 21, 2009

Besaría tu cuerpo de pies a cabeza, te mimaría a cada momento

Cerré la puerta del baño con cerrojo, mi cuñado volteó y me miró, yo me acerqué pues estaba tambaleándose, por un momento pensé en aprovecharme de la situación, le pregunté si se sentía bien, él me dijo que sí, terminó de miccionar.

Yo me acerqué al lavabo, me mojé el cabello, pero por el espejo lo miraba, enseguida vi acercarse y ponerse detrás de mi, me sorprendí, pero no dije nada, me cogió del trasero, lo tocó, yo lo enfrenté, me hice el ofendido: oye imbécil que tienes, me cogió de los hombros y me dio la vuelta, como si lo que le hubiese dicho no le importase, continuó tocándome el trasero, pensé en el riesgo que corría si cedía, pero todo esto era una lucha, por un lado quería que me haga lo que quisiera y por otro lado temía lo que podía pensar de mi, finalmente, me contuve y lo empujé.

Se cayó al suelo, al tratar de salir del baño, me agarró del jeans, me tiró al suelo, con una fuerza que pensé que no tenía, como diciéndome que no me fuera, me dijo que no me vaya, me paré, yo no decía nada, estaba algo alterado, pero también arrecho, lo notaba erecto, estaba aún con la bragueta abierta.

Volví a empujarlo, quise salir del baño, pero no me dejó, se paró, se puso tras de mi, me tocó nuevamente el trasero, cogió mi mano y la puso en su miembro, yo no opuse resistencia, comenzó a besarme en el cuello, yo estaba al borde del clímax, no podía creer todo lo que estaba pasando, me bajé el jeans, me quedé en bóxer, él se abrió el jeans y se lo bajó un poco, yo seguía tocándole la pinga, la tenía durísima, yo también.

Luego de eso, me volteó, quedamos frente a frente, comenzamos a besarnos, con un frenesí impresionante, como si esa fuese la única oportunidad que tuviésemos, toqué su trasero, lo tenía igual de grande que el mío, se sobaba en mí, sentía su miembro duro y grande en mi entrepierna, los dos ahí parados, en el baño del departamento de mi flaca, su hermana.

miércoles, agosto 19, 2009

Lo único que quiero eres tú, mi única verdad

A veces el instinto de cada persona se manifiesta en el momento menos indicado, eso fue lo que me pasó, a un par de horas de haberlo conocido, ya me había quedado impresionado con el huevón de mi cuñado, un tipo tosco, vulgar, mal educado, corriente, pero con algo que llamaba poderosamente mi atención: su total contraste para conmigo.

Busqué la forma de hurgar en su intimidad, cervezas iban y venían, yo no dejaba de mirarlo, a veces descaradamente, pero tratando de ser siempre sutil, poco a poco, las horas pasaban, y las cervezas, hacían muchas cosas por mí, me dejaban ver la miseria de aquel hombre, que había provocado en mi, una permanente erección, que si bien la podía disimular, no la podía controlar.

Pensar en tratar de tener una aventura ahí, en plenas narices de mi flaca, era una empresa muy delicada, tenia que pensar con la cabeza, y no la de abajo, sino la de arriba, que es la que te da mas y mejores opciones a la hora de jugar tus cartas.

Cada vez que él decía o hacía algo, no dejaba de mirarlo, él a veces me correspondía la mirada, pero mas estaba pendiente de su acompañante, eso me irritaba mucho, sentía una cólera atroz por la mujer esa, pues acaparaba toda la atención de mi cuñado, pero que podía hacer, era mejor así.

En un momento cuando fui al baño, me mojé la cara, sentía que en cualquier momento, podía perder la cabeza, podía dejar brotar mis emociones y quizás hacer una estupidez, pensé mucho en que tenía que controlar esa sensación de tenerlo en mis brazos, esa sensación de poder besarlo y tocarnos, dejarlo que me toque, dejarlo que me haga lo que quiera, era un vendaval de pensamientos, todos tormentosos.

Mientras me miraba en el espejo, decidí, que lo mejor era irme a mi casa, ya no podía seguir ahí, pues estaba seguro de cometer algún imprevisto, tarde o temprano iba a pasar, en ése momento cuándo prestaba a abrir la puerta del baño, mi cuñado entró, estaba borracho, con la bragueta abierta y con su pene en la mano, pensando quizás que no había nadie, entró y directo se fue a miccionar, me quedé impresionado, él no me vio, ya que entró de frente, sin mirar a ningún lado. Me quedé pasmado.

lunes, agosto 17, 2009

Mi futuro, lo veo en tu mirada

No dije nada, me hice el loco, mientras llegamos al departamento de mi flaca, su hermano la llamó al celular, para preguntarle si ya habíamos llegado, al decirle que no, Rainer le dijo que en media hora estaría ahí, pues ya había llevado a la chica a su casa.

Eliana le dijo que íbamos a comprar unas cosas al supermercado, para poder hacer algo de comer y algunas bebidas, luego de decirle eso colgó y me dijo: hay que bajar a comprar algunas cosas, pues a mi hermano le gusta tomar mucho, entonces vamos, le respondí.

Rato después llegamos a un supermercado ubicado en la Av. Benavides, que atiende las 24 horas, compramos cervezas, una botella de vino, varios snack, cigarros y un pollo a la brasa.

Luego de pagar, subimos al carro y enrumbamos hacía el departamento de Eliana, que estaba por Salamanca, llegamos veinte minutos después, Rainer estaba parado en la puerta del condominio, con un pack de cervezas en lata, nos saludamos, entramos.

Ingresando al departamento, mi cuñado prendió el equipo, mientras Eliana y yo fuimos a la cocina a preparar algo, destapamos las cervezas y colocamos el snack en unas fuentes, antes de llevar todo a la sala, alguien llamó a mi flaca a su celular, solo alcancé a oír: ven a la casa, a tomarte algo, supuse que iban a llegar mas personas.

Cuando entramos a la sala, Rainer estaba bailando solo, frente al espejo, Eliana le dio una cerveza, yo cogí una, ella otra y empezamos a charlar.

Al rato llegaron un par de amigas y un amigo de Eliana, todos del trabajo, ya los conocía pues en una reunión anterior me habían presentado, los saludé, ellos igual, traían mas cervezas, pensé que todo esto iba a terminar en una borrachera, fue así que comenzó la fiesta.

Rainer, se había pegado a una de las amigas de mi flaca, la chica no me caía bien, era una cerda para tomar, pero hacia muy buena pareja con mi cuñado, pues él también era tosco y cerdo en sus modales, pero eso era lo que me impresionó de él, mejor dicho: lo que me gustó de él.

viernes, agosto 14, 2009

Pido por tus besos, por tu ingrata sonrisa

Antes de contarles lo que pasó con mi cuñado es mejor comentarles, cronológicamente mi historia con él, pues también tenemos nuestras cosas, una lista de sucesos, un montón de momentos, inolvidables, como todos en mi vida.

A Rainer, lo conocí cinco años atrás, por intermedio de mi mujer, en una de nuestras tantas salidas, cuándo aún éramos enamorados, cuándo aún no pensaba en tener algo serio con ella.

Recuerdo la primera vez que lo vi, estábamos en una discoteca, él llego con una amiga, que no era muy bonita, la chica esta bailaba horrible y vestía fatalmente.

Mi mujer nos presentó, me miró con cierta desconfianza, típico hermano celoso, lo miré por encima del hombro, me pareció poca cosa, como me parecen todos mis cuñados, no le tomé mucha importancia en ese momento, pues lo único que yo quería era bailar, pues para eso había ido a la discoteca, no para presentarme en sociedad.

Lo invité a la mesa, yo tenía dos jarras de cuba libre, él compró dos jarras de cerveza, le dije que no tomaba cerveza, hizo un gesto, como diciéndome: Y a mi que mierda me importa. Para colmo de males me invitó un vaso, que rechacé, cortésmente, me volvió a hacer un gesto de molestia, por dentro me cagaba de risa, a mi con huevadas, pensé.

Rainer bailaba fatal, su acompañante también, decidí dejar de amargarme por las huevas, los ignoré un par de horas, mi flaca no dejaba de besarme, lo estaba pasando bien, a excepción de mis acompañantes.

La chica que acompañaba a mi futuro cuñada, se emborrachó rápidamente, hizo un pequeño show en la discoteca, yo no dejaba de reír, era muy jocoso, mi cuñado solo me miraba.

Para no chotearlo, lo acompañamos para que tome su taxi y la lleve a la chica a su casa, eran las dos de la mañana, mi flaca me dijo para ir a su departamento, mi cuñado nos dijo que nos daría el alcance, tengo ganas de tomar, me dijo antes de que suba al taxi, te esperamos pues.

Mi flaca y yo nos fuimos en su carro, le pedí que manejase despacio, mientras lo hacía, en una de las calles mas congestionadas del centro de lima, me agarró la entrepierna; esta mierda quiere cachar, pensé.

miércoles, agosto 12, 2009

Canalla, estoy jugando a dos caras

Mi esposa dio a luz en la tarde, por la noche llegaron sus amigas del colegio, de la universidad, del trabajo y del post grado, eso me contó mi cuñado que estuvo todo el día metido ahí, todas llegaban con algo, algunos amigos mandaron flores, al ir a verla en la tarde luego de una reunión de negocios que tuve, su habitación estaba repleta de cosas. La enfermera me dijo que era necesario oxigenar un poco, mas que todo por la bebe, le propuse que sacase un poco de flores, por suerte la enfermera era muy accesible, luego de unos minutos y veinte soles de por medio, pudo despejar el panorama, me irritaba ver tanta cosa, se lo dije a mi mujer, ella se hizo la desentendida, pero al menos me escuchó.

Conversé con el médico, me dijo que la darían de alta en la noche del siguiente día, le pedí que mejor sea en la mañana, el galeno no se opuso, además ella estaba recuperada, pues ni puntos le habían hecho, firmó el alta y se programó para el día siguiente en la mañana.

Mi esposa estaba feliz, ya no soportaba estar ahí, extrañaba su casa, su cama, su espacio, todo ya estaba preparado, el cuarto de la bebe, decorado y con sus implementos, ya había dispuesto las compras de pañales además de otras cosas mas, le pedí paciencia,mañana vengo para llevarte a la casa, la dejé feliz. Mi hija dormía plácidamente, que linda se le veía.

Me despedí de los conocidos, mi cuñado me pidió que lo jale hasta la casa, quería ver a mi hijo, si quieres quédate a dormir le dije, esta bien, me respondió.

Esta noche peco, estoy arrecho.

lunes, agosto 10, 2009

A estas alturas un último esfuerzo, si vale la pena…

Feliz, simplemente me sentí feliz, por todo lo que me estaba pasando, finalmente, mi hija había nacido, todo lo que precedió terminó, mi vida, daría nuevamente un giro.

Llamé a la casa, para avisarle a María sobre la buena nueva, me felicitó, me dijo que mi hijo estaba haciendo sus tareas, le pregunté si había comido, me dijo que si, no se preocupe señor, todo está bien, me dijo, regreso mas tarde, colgué.

Compré una canasta de rosas, escogí la más grande, le pedí a la chica que atendía que la remita a la habitación 404, me pidió que escriba en la tarjeta, estaba nervioso, no sabía que decirle, cerré mis ojos y escribí:

Gracias por hacerme el hombre más feliz del mundo
Gracias por quererme y por darme dos hijos maravillosos.
Gracias por ser la mujer que siempre quise tener.

Te amo

Luigi.

Luego de todo este barullo, me dio una sed atroz, le pedí a mi cuñado que me trajera una botella de agua mineral helada, no demoró mucho por suerte, mis papás también mandaron traer flores, cuándo quise entrar a su cuarto, pues ya la habían trasladado, su habitación parecía un hermoso jardín.

Ella estaba feliz, la notaba más reposada, la besé, no pudimos hablar mucho, había muchas personas, a mi hija aún no la traían, pues la estaban revisando, a los pocos minutos, por fin la trajeron.

Mi corazón comenzó a latir más rápido, la cargué estaba dormidita, la miré, sentí algo hermoso dentro de mí, sentí que la vida seguía dándome regalos increíbles, sentí que tenía que cuidarme el doble ahora más que nunca, ya que mis responsabilidades estaban en aumento.

No podía creerlo, una hija, una niña, una preciosa vida en mis brazos.