Memorias de un Hombre Libertino

Crónicas vividas, deseadas,soñadas o quién sabe que,por un tipo algo soberbio, libertino y también algo racista, bisexual por naturaleza, pero heterosexual ante la sociedad.

viernes, septiembre 04, 2009

Dime que vuelva a llenar tu cuerpo de caricias

Luego de un par de semanas, recibí una llamada, era Rainer, quería salir a tomarse unas cervezas conmigo, era sábado, no lo pensé mucho y accedí de inmediato, me pareció una oportunidad para conocerlo más, además hacía tiempo que no lo veía y ya lo extrañaba.

Aún tenía en la cabeza lo que había sucedido, tenía la curiosidad de saber si recordaba algo, pero tampoco era algo que me quitaba el sueño, sólo quería verlo, quedamos para encontrarnos por el óvalo de santa anita, le dije que sí, a pesar de no saber donde diablos quedaba aquel óvalo, acepté, le dije si podía llevar mi carro, me dijo que no, mejor anda en taxi, dijo antes de cortar.

El resto de la tarde estuve muy inquieto, no sabía que ponerme para la noche, quería impresionarlo, pero tampoco quería que se sienta menos a mi lado, pues realmente era un fachoso para vestirse, escogí algo simple, pero de muy buen gusto, por suerte Analí me ayudó un poco en eso, rechacé una invitación de Lalito Aspíllaga, gran amigo del colegio, preferí salir con Rainer, me parecía más interesante, estaba muy tenso.

Mientras pasaban las horas, sentía la necesidad de llamarlo y verlo, pero era muy apresurado comportarme así, tenía el mismo cosquilleo en el estómago, que sentí cuándo lo conocí, cuándo reaccioné ya eran casi las nueve de la noche, cogí mi billetera, llevé cien soles, una tarjeta de crédito porsiacaso, me bañé en perfume, y salí.

Tomé un taxi, le pregunté al chofer, cuánto me iba a cobrar hasta el óvalo de santa anita, me miró extrañado, me pidió veinte soles, subí, no negocie, pues no sabía donde diablos quedaba aquel sitio, aunque en el camino me preguntaba si sabía a donde estaba yendo, me dijo que me cuidase y otras cosas mas, no le presté atención, quería llegar.

Cuándo ingresé a la carretera central, recibí una llamada al celular, era Rainer, me puse a temblar, me preguntó si estaba en camino, le dije que ya estaba llegando, te espero en el centro bancario, le dije que ya llegaba, no demores, ya llego, cortó.

Estaba más nervioso, el chofer me preguntó si me iba a ver con alguna jermita, le dije que no, le dije que iba en camino de una aventura, sonrío, sonreímos juntos.

miércoles, septiembre 02, 2009

Dime que tu vida está vacia y necesitas de mi amor

La calma volvió, ya no me sentía mal por lo que había sucedido la noche anterior, además no era la gran cosa, todo fue un jugueteo casi infantil, ya que no hubo nada explícito, todo fue un arrebato de un par de borrachos, bueno eso es lo que pensé en ése momento.

Pero algo si era cierto, que ése tipo me había impresionado, quizás de la manera que nadie más lo había logrado, me sentía obnubilado teniéndolo cerca, me sentía algo intranquilo, pero siempre cauteloso con mis emociones, no quería causarle alguna mala impresión, al menos de mi parte.

Finalmente almorzamos, habló poco conmigo, todos fueron temas en general, le pregunté sobre su vida, que me contase algo, sobre su trabajo y esas cosas, pues recién lo conocía, su vida era triste, no tenía norte, ni metas, me pareció decepcionante, lo único que Eliana rescató de él, era su fama de mujeriego, reímos todos.

Durante todo el almuerzo no dejaba de mirarlo, como si todo lo que dijese fuese súper importante, pues así lo sentía, por ratos reaccionaba y me avergonzaba, pero durante toda la comida no pude despegar mis ojos de él.

Me dió un poco de tristeza el saber que sólo se dedicaba a trabajar, no tenía alguna meta a corto plazo, él me dijo sentirse muy orgulloso de su hermana por todo lo que había logrado en el ámbito profesional y empresarial, estaba contento de que ella estuviese a cargo de los negocios de su familia, me dijo que se sentía la oveja negra de la familia, que no le gustaba el estudio y cosas así, respiré hondo y le dije que la vida es una constante, que si uno quiere progresar y triunfar en la vida puede hacerlo, me agradeció las palabras, pero fue muy claro, detesto el estudio, prefiero trabajar, finalizó.

Me preguntó sobre mí, no quise ahondarle mucho, ya que no acostumbro de hablar mucho de mis cosas, pero fue Eliana, la que se encargó de comentarle sobre mí, sobre mi familia, la universidad, sobre los negocios de mi familia y demás cosas.

Mientras ella hablaba sobre mí, sentí su mirada penetrante, me avergoncé algo, en un momento lo miré fijamente, me felicitó, sentí su sinceridad, pero lo que yo quería de él no era palabras, sino hechos.