Memorias de un Hombre Libertino

Crónicas vividas, deseadas,soñadas o quién sabe que,por un tipo algo soberbio, libertino y también algo racista, bisexual por naturaleza, pero heterosexual ante la sociedad.

miércoles, septiembre 02, 2009

Dime que tu vida está vacia y necesitas de mi amor

La calma volvió, ya no me sentía mal por lo que había sucedido la noche anterior, además no era la gran cosa, todo fue un jugueteo casi infantil, ya que no hubo nada explícito, todo fue un arrebato de un par de borrachos, bueno eso es lo que pensé en ése momento.

Pero algo si era cierto, que ése tipo me había impresionado, quizás de la manera que nadie más lo había logrado, me sentía obnubilado teniéndolo cerca, me sentía algo intranquilo, pero siempre cauteloso con mis emociones, no quería causarle alguna mala impresión, al menos de mi parte.

Finalmente almorzamos, habló poco conmigo, todos fueron temas en general, le pregunté sobre su vida, que me contase algo, sobre su trabajo y esas cosas, pues recién lo conocía, su vida era triste, no tenía norte, ni metas, me pareció decepcionante, lo único que Eliana rescató de él, era su fama de mujeriego, reímos todos.

Durante todo el almuerzo no dejaba de mirarlo, como si todo lo que dijese fuese súper importante, pues así lo sentía, por ratos reaccionaba y me avergonzaba, pero durante toda la comida no pude despegar mis ojos de él.

Me dió un poco de tristeza el saber que sólo se dedicaba a trabajar, no tenía alguna meta a corto plazo, él me dijo sentirse muy orgulloso de su hermana por todo lo que había logrado en el ámbito profesional y empresarial, estaba contento de que ella estuviese a cargo de los negocios de su familia, me dijo que se sentía la oveja negra de la familia, que no le gustaba el estudio y cosas así, respiré hondo y le dije que la vida es una constante, que si uno quiere progresar y triunfar en la vida puede hacerlo, me agradeció las palabras, pero fue muy claro, detesto el estudio, prefiero trabajar, finalizó.

Me preguntó sobre mí, no quise ahondarle mucho, ya que no acostumbro de hablar mucho de mis cosas, pero fue Eliana, la que se encargó de comentarle sobre mí, sobre mi familia, la universidad, sobre los negocios de mi familia y demás cosas.

Mientras ella hablaba sobre mí, sentí su mirada penetrante, me avergoncé algo, en un momento lo miré fijamente, me felicitó, sentí su sinceridad, pero lo que yo quería de él no era palabras, sino hechos.

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