Memorias de un Hombre Libertino

Crónicas vividas, deseadas,soñadas o quién sabe que,por un tipo algo soberbio, libertino y también algo racista, bisexual por naturaleza, pero heterosexual ante la sociedad.

viernes, agosto 21, 2009

Besaría tu cuerpo de pies a cabeza, te mimaría a cada momento

Cerré la puerta del baño con cerrojo, mi cuñado volteó y me miró, yo me acerqué pues estaba tambaleándose, por un momento pensé en aprovecharme de la situación, le pregunté si se sentía bien, él me dijo que sí, terminó de miccionar.

Yo me acerqué al lavabo, me mojé el cabello, pero por el espejo lo miraba, enseguida vi acercarse y ponerse detrás de mi, me sorprendí, pero no dije nada, me cogió del trasero, lo tocó, yo lo enfrenté, me hice el ofendido: oye imbécil que tienes, me cogió de los hombros y me dio la vuelta, como si lo que le hubiese dicho no le importase, continuó tocándome el trasero, pensé en el riesgo que corría si cedía, pero todo esto era una lucha, por un lado quería que me haga lo que quisiera y por otro lado temía lo que podía pensar de mi, finalmente, me contuve y lo empujé.

Se cayó al suelo, al tratar de salir del baño, me agarró del jeans, me tiró al suelo, con una fuerza que pensé que no tenía, como diciéndome que no me fuera, me dijo que no me vaya, me paré, yo no decía nada, estaba algo alterado, pero también arrecho, lo notaba erecto, estaba aún con la bragueta abierta.

Volví a empujarlo, quise salir del baño, pero no me dejó, se paró, se puso tras de mi, me tocó nuevamente el trasero, cogió mi mano y la puso en su miembro, yo no opuse resistencia, comenzó a besarme en el cuello, yo estaba al borde del clímax, no podía creer todo lo que estaba pasando, me bajé el jeans, me quedé en bóxer, él se abrió el jeans y se lo bajó un poco, yo seguía tocándole la pinga, la tenía durísima, yo también.

Luego de eso, me volteó, quedamos frente a frente, comenzamos a besarnos, con un frenesí impresionante, como si esa fuese la única oportunidad que tuviésemos, toqué su trasero, lo tenía igual de grande que el mío, se sobaba en mí, sentía su miembro duro y grande en mi entrepierna, los dos ahí parados, en el baño del departamento de mi flaca, su hermana.

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