Cambiaste mi vida, cambiaste mi mundo .....

Estoy feliz, mi hija acaba de nacer, todo fue rápido, mi esposa llegó con las justas, mi suegra estaba manejando la camioneta, ella no podía más, la vi mal, desde que bajó, le conseguí una silla de ruedas, rápidamente la llevé a sala de partos, por suerte su ginecólogo estaba de turno.

Mientras la llevaba a la sala de trabajo, hablamos:

Mi amor, sé fuerte
No puedo más, Luigi, mi amor, me duele mucho
Ya falta poco, ten paciencia, dentro de unos minutos tendremos a nuestra hija
Te amo mi vida
Y yo a ti, gracias por darme tanta felicidad.
Te amo
Estaré aquí.

Me quedé en la sala de espera junto a mi suegra, llamé a mis papas, y a mi cuñado, me preguntaron como estaba todo, les dije que bien, no podía hablar mucho, estaba impaciente, pensé en mi hijo, llamé a la casa, estaba con María, tranquilo, viendo televisión.

Mis papas llegaron a los 45 minutos, todos alborotados, llegó también mi cuñado, sin querer ya éramos 5 personas esperando, esperando a que termine toda la odisea de mi adorada mujer, se me subió la presión, me faltaba el aire, no podía respirar, me dio una de esas típicas crisis nerviosas, pero lo supe disimular. Pronto me iba a tranquilizar.

Finalmente, el médico me invitó a ingresar a la sala de partos, ya estaba cerca el momento, mis papas, mi suegra y mi cuñado, se quedaron.

Al ingresar, vi a mi esposa en pleno trabajo de parto, la cogí de la mano, me la apretó fuerte, le di un beso, estaba preciosa, la vi mas linda que nunca.

No pasaron ni 3 minutos y vi nacer a mi hija, fue increíble el momento, pude soportarlo, fue simplemente increíble, el verla salir, el oír su llanto, fue una sensación que aún no puedo borrar de mi mente.

Salí, a dar la buena nueva, todo el mundo me abrazó y me besó, era papá por segunda vez.

Eran las 3pm.