Yo no sé mañana...

Luego de lo que sucedió la noche anterior, nuestra relación familiar se consolidó, diría que 7 años después, nos hemos vuelto más amigos que antes, a pesar de que hemos tenido momentos muy álgidos en nuestra relación, siempre ha primado la cordialidad, el respeto, la pasión y la creciente admiración.

No puedo evitar quedarme absorto cada vez que lo veo, quedo embelesado cuándo conversamos, lo miro con una fijación sorprendente, es como si cuándo estamos juntos no existiese nadie más que él y yo. Por momentos he pensado en lo que me pasa con él, creo que es un simple capricho, muy a pesar de que nosotros ya tuvimos relaciones sexuales y bueno momentos intensos, siento que la llama siempre está viva, corro a su casa cuándo me llama, y siempre que puedo lo cito para hacerlo, pues a mi casa no lo traigo, excepto cuándo viene de visita.

Nuestra pasión crece y se alimenta cada día más, el sexo es estupendo entre nosotros, pero siempre pienso que lo nuestro va más allá de eso, lo nuestro es algo más que sexo, pero tampoco es amor. La complicidad con la que actuamos, las larguísimas conversaciones que tenemos por celular, los viajes relámpagos que he tenido por negocios y a los cuáles siempre lo he llevado, las noches de diversión en cualquier lugar al que lleguemos son síntomas que las cosas pareciesen mas que una amistad y el papel que tiene él como mi hermano político.

La sensación que tengo cada vez que prefiere estar conmigo que con su mujer, una insignificante para él, pero al fin y al cabo madre de sus dos hijos. Esa especial consideración que tiene sobre mí, me hacer sentir muy feliz al verlo. Finalmente creo, que mejor cuñado no pude encontrar, veremos que pasará al final del camino, al menos durante estos 7 años que estamos emparentados, las cosas no pueden haber sido mejores.