Tengo miedo, mi hija ya está por nacer: Papá por segunda vez...

Estoy un poco tenso, mi esposa está a punto de dar a luz a mi segundo hijo, mejor dicha hija, pues será mujer, ha sobrepasado la fecha probable de parto, ello me asusta, pues con su anterior embarazo no hubo ningún tipo de complicación, pero soy de las personas que pienso que no todo los embarazos son iguales, bueno es algo que todos sabemos.

Todo esto comenzó en Madrid, dos noches después de que llegó a darme el alcance, o mejor dicho a darme una sorpresa, no fue planificado, aunque en cierta parte si, pues yo deseaba mucho tener una hija, pero no tan pronto, al menos esperaba que mi hijo mayor tenga 5 años, pero la arrechura nos ganó, y aquí estamos, algo preocupados, felices, tensos, contentos, insomnes, ansiosos, en sí, sentimientos encontrados, ella más que yo.

El embarazo, si bien es cierto le ha chocado desde el inicio, no ha sido nada inoportuno, mi mujer estaba pasando por un momento muy crítico en su vida profesional y laboral, las responsabilidades la estaban matando, el estrés la estaba consumiendo, y la abundante paciencia, estaba casi extinguida.

Por lo tanto, ni bien su médico le dijo que el embarazo era de alto riesgo, por muchos factores que son complicados de narrar, ella decidió hacer un paréntesis en todo y dedicarse a nuestro hijo mayor, y su embarazo.

Disminuyo de 8 a 4 horas su horario laboral, dejando más tiempo para descansar y simplemente disfrutar de ésa etapa, ella estaba algo renuente, pues estaba acostumbrada a trabajar y trabajar, pero la pausa era necesaria, más que todo por su salud física y emocional.

En los primeros meses, estuve algo impávido por la noticia, no lo asimilé en el momento, pues el tener un hijo implicaban muchas cosas, que ya había olvidado, como los gastos propios, las trasnochadas, las lloriqueadas y muchas cosas. Pobre de mí.

Aproximadamente al 7mo mes de embarazo, dejó de trabajar, por indicación mía y de su médico, por mi parte procuraba viajar cada 15 días, en visitas de médico para verlos, por suerte nos comunicábamos a diario por Internet, estaba casi al tanto de todo.

No estaba tranquila en casa, detestaba que le mantuviera casi inválida sin hacer nada, pero le dije que era por su bien, algo terca, discutía conmigo muchas veces por la web cam, era chistoso pelearnos por Internet, pero al final siempre se hacía lo que yo decía, pues lo que este embarazo le dio, que no le dio el primero fue una virtud: la sumisión.

Un buen año pasado...

No sé por donde empezar, son tantas cosas, tantos episodios, que aún se mantienen frescos en mis retinas, uno más importante que otro, pero vivencias al fin.

Es complicado elegir con cuál historia comenzar, quisiera escribir en un solo bloque todo, pues igual las compartiré, todo esto que ha pasado es parte de mi vida, parte de la historia que me ha tocado vivir y que no puede quedar solo para mi, no puede permanecer en el anonimato.

Quiero comenzar contándoles, que en el verano del 2,008, -¿como se pasa el tiempo no?- tuve que salir del país, pues postulé a una maestría, en Madrid, además de realizar unos negocios personales y familiares, de paso, vacacionar con la familia.

Hace un mes aproximadamente, tuve que regresar, terminé la maestría – que dicho sea de paso no fue tan fácil- aproveché los contactos he hice algunos negocios, para provecho personal y familiar.

Durante todo el 2,008, que estuve fuera, extrañe a varias personas, pero por sobretodo a mi familia, luego de un pequeño interregno de no vernos, pudieron viajar para darme el alcance y permanecer conmigo alrededor de 6 meses.

Con mi familia, pasamos momentos inolvidables en España, pero no solo ahí, pudimos viajar a Italia por unos días (fueron 10), y relajarnos en demasía.

Con mis padres coincidimos en Venecia, pues celebraron sus 30 años de casados allá, en mi caso, celebraba algunos años menos de matrimonio, diría que mucho menos que ellos.

Pensé mucho, en establecerme por allá pues tuve importantes contactos en algunas empresas, era una decisión algo difícil de tomar, mis negocios aquí, estaban yendo muy bien, a pesar de mi ausencia, mi socio pudo encargarse muy bien de todo, claro que siempre con mi asesoria – vía Internet y telefónica- , los ingresos crecieron en un 45%, estaba satisfecho.

Además eso de trabajar para alguien, con un horario esclavizante, como que era historia para mi, a pesar de que las propuestas laborales eran muy buenas, no acepté ninguna que me quitase mas de 4 horas al día, al no encontrar algo así - los españoles son muy explotadores-., opté por aprovechar esos contactos y me dediqué a brindar asesorias.

Ello fue la alternativa más apropiada para poder vivir bien todo el año pasado, no podía pedir mas.