Memorias de un Hombre Libertino

Crónicas vividas, deseadas,soñadas o quién sabe que,por un tipo algo soberbio, libertino y también algo racista, bisexual por naturaleza, pero heterosexual ante la sociedad.

lunes, marzo 05, 2007

En mi cuerpo caben dos, somos tu y yo : ¿Estamos locos de amor ?


Al sábado siguiente, recibí una llamada al celular, era un número privado, típico de los que no quieren ser reconocidos, cómo siempre, no la contesté, pues detesto responder número privados y menos de teléfonos públicos, pero siguieron insistiendo, se me vino a la cabeza en ese instante Richard, quizás era él, pero su número estaba en mi memoria, no en la mía, sino la de mi celular, me entró la intriga, pero igual no contesté la llamada, tengo mis ideas claras y cuándo es no , es no.

Esa noche tenía una reunión en casa de un amigo de la universidad, era su cumpleaños, y bueno íbamos a celebrarlo cómo se debía, eran las 11pm, y las llamadas "privadas" aún continuaban, no las podía ignorar mucho tiempo, nunca me habían timbrado casi 100 veces, estaba sumamente intrigado, tarde o temprano iba a ceder, pero aún no era el momento.

Llegué a casa de Rodri, todos ya estaban listos,eramos 15 entre hombres y mujeres, iban a irse a una disco, no pregunté a cuál, subimos en los carros, de Rodri,Renato y Javi, yo en el de Rodri, y emrumbamos a una disco en Miraflores, pregunté a cuál, y la respuesta no se hizo esperar : al Vale Todo.

No dije nada, pero pregunté si sabían que clase de discoteca era, y Rodri, me respondió :

Es una discoteca de ambiente, pero es la mejor, eso me han dicho,hay que cambiar de aires no ?, pero no hay problema Luigi todo tranquilo, no te sientas incómodo, también van gente heterosexual, descuída, y ese comentario fue acompañado con una leve sonrisa irónica,

Normal por mí, lo digo por las demás locas reprimidas que están detrás, yo vivo muy bien y plenamente mi sexualidad, sabes, "open mind",

Bajamos por la Vía expresa de Javier Prado, a una velocidad infernal, parecía una persecución policial, estuve con el corazón en la mano, recordé en esos instantes : así manejaba mi papá en sus años mozos, en fin, recuerdos.....

Subimos por el puente Benavides, y entramos a un estacionamiento, la caminoneta de Rodri, en la que estaba yo, llegó primero, bajamos y nos enrumbamos todos en manada, directo a la jaula, a la jaula de las locas, que chistoso fue pensarlo y decirlo : vamos chicas a la jaula, risotada general.

Rodri, el dueño del santo, pagó las entradas de todos, sin chistar, no permitío que nadie desembolsara dinero alguno, y bueno , era su cumpleaños, si él lo quería así, normal, nadie se opuso.

Ingresamos, para mí, nada del otro mundo, no era la primera vez que venía, dos veces con Rodri, pero era un secreto entre nosotros, fue aquella vez , cuándo recién nos conocimos en la que me la chupó en su camioneta en el estacionamiento dónde habíamos dejado su carro, luego de haberme insistido cómo 3 veces para bailar con él, pedido al cuál no accedí, pero luego de 5 tequilas, al fin pude permitirle sólo que me lo chupara, de bailar con él, no, pues para variar lo hacía pésimo.

Cuando entramos, Rodri me miró y me hizo una seña con su dedo, una seña de silencio, de complicidad, y asentí, no era asunto de nadie más que de él y yo, saber que juntos éramos dinamita, en la cama, obvio está.

Recordé en esos momentos, todo lo que habíamos vivido, meses antes, cuándo lo descubrí en el baño de la universidad, chupandósela a un amigo en común, desde aquel infausto día, para él, pues su reputación de ser el chico más cuero y asediado de la universidad, estaba en mi manos, no dejaba de llamarme y buscarme todos los días, para pedirme por favor, chupada de por medio, que no se lo dijera a nadie, que me pagaría lo que quisiera por mi silencio, en fin muchas cosas, por una parte me parecía increíble lo tan bajo que podía llegar, él, que era para mí, algo inalcanzable, era un modelo a seguir, un chico bien, en todo el sentido de la palabra, condenado por su maldita debilidad, ser gay.

Pero gay, no era tampoco, era bisexual, eso me lo confirmó una noche en su departamento, bajo la luz de las velas, estaba comprometido con una de las chicas más lindas y ricas de Lima, é iba a casarse en el verano próximo, así que le juré por nuestra amistad, que nunca nadie se iba a enterar, al menos por boca mía , de lo que sabía, y hasta ahora he cumplido.

Luego de eso, empezó a llamarme siempre, a buscarme para salir, y nada, sentí un leve acoso, no quería dejarme sólo por nada, quizás para no esparcir su secreto por toda Lima, quizás ése era su temor, pero muchas veces le volví a jurar, a pedido suyo , que no iba a decir nada.

Tuvimos sexo muchas veces, hice lo que quise con él, es cierto, me aproveché en parte de lo que sabía, pero no tenía la culpa, siempre me permitío que hiciera con él, lo que quisiera, ése era el precio, y no me siento mal por ello, a pesar de que nunca le dí atisbos de que me gustaban los hombres, le hice creer que sólo lo hacía con él, era mi mujer, según me dijo, una vez, y bueno me contenté por su calificativo, estaba a mi disposición cuándo lo necesitaba.


Todo ésto me vino a la memoria en unos segundos, era algo no tan pasado, pero al estar ahí, lugar de muchas salidas con él, lo recordé, eso era todo.

Al ubicarnos cerca a la barra, recorrí cada rincón, tratando de revivir algunos episodios, pero todo ello se esfumó al recibir una llamada al celular, ésta vez si era de Richard...

1 Comentarios:

Anonymous Anónimo dijo...

Interesante historia.

1:08 p.m.  

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