Mi vergonzosa familia polìtica : Qué nivel ¡¡¡¡¡¡¡

Éstas Fiestas Patrias, fueron algo aburridas para mí, ya que entre otras cosas, coinciden algunos onomásticos en mi familia política, que para variar, éste año, fue de lo peor.

Acostumbrado a participar de éstas reuniones, más que todo, por protocolo familiar, y por evitarme la cara de dos metros que pondría mi mujer, al no acompañarla, asistí a la casa de mi cuñado, el cuál cumplía años, al promediar el mediodía, pues en aquella familia acostumbran iniciar todas las celebraciones con un suculento almuerzo, que dicho sea de paso, es un cambalache, pues combinan toda clase de platos y licores, sin mediar etiqueta alguna, pero en fin, nada podía yo hacer.

En el trayecto de mi casa hasta el departamento de mi cuñado, ubicado en las periferias de Lima, discutí con mi esposa, pues no habíamos comprado nada para regalarle, pensé hacer una parada, pero al ver las inmensas colas que había por todo sitio, y el suplicio que era encontrar un estacionamiento, hizo que hiciera desistir de mi osada empresa.

Lo bueno, que no le hice mucho caso, evité molestarme, además estaba la niñera con nosotros, así que era algo bochornoso pelearnos, ella entendió, evitó pronunciarse al respecto, y seguimos en camino.

Me imaginé la escena al llegar, todo lo que iba a acontecer, pues año a año, era fiel retrato del anterior, era algo rutinario, sumamente aburrido, que ya estaba bostezando aún sin llegar.

Todos estaban ya, nosotros éramos los últimos que faltábamos ( para variar), nos ubicaron en el mismo lugar en la mesa, los hermanos por orden de edad, sus parejas al lado, mi esposa al ser la mayor le correspondía estar a la diestra de mi suegra, los demás ordenados sucesivamente, que tontería.

Comenzó el convite, el buffet era arroz con mango espantoso, hubo comida novo andina, mariscos, pollo, carnes, entre otras cosas, al ver tanta cosa, prefería degustar sólo una ensalada hawaiana, con agua. Ahí comenzó todo.

Las indirectas comenzaron, todos mis cuñados contra mí, excepto mis suegros, que para variar, se mantenían al margen, todo por el simple hecho, de no servirme como ellos, de no tener las maneras que tienen ellos al comer, todo por no beber cerveza como ellos, todo por ser educado.

Comer con ellos, es algo sumamente vomitivo, ya sea en su casa, en la calle, por muchos motivos, para comenzar se sirven en demasía, yo como lo necesario, no tienen la mínima educación al comer, yo no hago sonidos extraños mientras como, ellos hablan con la boca llena, yo no, ellos se limpian la boca con papel higiénico, yo siempre llevo servilletas, toman cerveza raudales entre bocado y bocado, prefiero tomar vino, entre cosas.

Lo que me mortifica, es que ellos saben cómo soy, pero igual se molestan, lo bueno de ello es que me lo hacen saber, y por supuesto no me quedo callado.

No creo ser mejor que ellos, pero al tener una educación de altísimo nivel, hay algunas diferencias notorias entre nosotros, a pesar de ello no soy nada excluyente, lamentablemente, ellos toman ésas diferencias con algo de revanchismo y envidia, indiferentes para mí.

Lo malo de mi proceder quizás, es que soy auténtico, mi personalidad es única, valla dónde valla, no aparento ni escondo nada de lo que soy o lo que tengo, pues no es nada malo hacerlo, pero no todo el mundo lo toma así, al menos mis cuñados, ellos lo toman de mala manera, dejándome cómo un creído.

Ése día, fue el colmo, pues se comportaron de una manera ridícula, no puedo creer que el progreso de su hermana y mío, les moleste, no entiendo el porqué tomarlo todo a mal, porqué sentirse menos que uno, porqué humillarse en vano, porqué jugar a los pobrecitos, a los sin suerte, y no a decidirse a surgir como familia.

Mis suegros son personas de muy buena posición económica, pero algo que nunca han tolerado, pues me lo han dicho, es la facilidad por dar las cosas, ellos les enseñaron a sus hijos desde chicos a trabajar y a ganarse el dinero con su trabajo, pero al tener todo en casa, nunca hicieron nada por sobresalir, excepto mi esposa, que es la mayor y única profesional de la familia, ninguno más estudió, ninguno más quiso participar de los negocios familiares, sólo querían estirar sus manos y recibir dinero, sólo eso, pero ello no fue así.

El debacle comenzó, cuándo mi cuñado de tan solo 16 años, embarazó a una chica, siendo él un aplicado alumno de secundaria, mis suegros lo apoyaron, pero él no hizo nada por ayudarlos, no hizo nada por su hijo, en cambio, se volvió un alcohólico, pues su mujer, no lo dejaba salir, ya convivían, por presión de ella, él se escapaba los fines de semana , se iba a tomar con sus amigos, se gastaba la plata que sus papás le daban, le pegaba a su mujer, así que mis suegros simplemente lo botaron a la calle.

A raíz de ello mis suegros decidieron cerrar los caños y dejaron de darles el dinero con tanta facilidad, ellos empezaron a trabajar, en lo que les salga, pero sin ningún atisbo de tratar de mejorar su nivel de instrucción, siempre desde que los conocí les dije y aconseje, estudien, prepárense, todos estaban solteros en ésas épocas, mientras estuvieran solos, podrían invertir en su educación, pero lo único que hicieron fueron hacer lo que hacen hasta ahora: vivir por vivir.

Son 8 hermanos, mi mujer siendo la mayor, desde chica visionó, la idea de algún día encargarse de manejar los negocios de su familia, mis suegros tienen una empresa pesquera que exporta harina de pescado y también exportan textiles, ella siempre quiso poder manejar todo, fue su ambición, con esa premisa estudio administración de empresas, ahora está llevando una maestría de Negocios Internacionales, y un Diplomado de Comercio Exterior, todo por su propia voluntad, y su tenaz decisión, ahora ella maneja la Gerencia de Ventas Corporativas Internacionales de la empresa de mis suegros, asesora a otras empresas, y de una ú otra manera está logrando sus objetivos, para orgullo mío, de sus padres, y para satisfacción de ella misma.

Mi demás cuñados se dedican a actividades independientes temporales, que ninguna satisfacción personal, cómo los veo, les debe de dejar, y ello me hace sentir mal, pues no hacen nada por mejorar, por salir a adelante, por sentirse bien y vivir bien.

En casa nunca nada les faltó, mis suegros procuraron siempre, que sus necesidades básicas estén cubiertas, pero sobre algo que sobrepase lo básico, simplemente dicen no, sólo a los dos menores les dan de todo, pues están en pleno proceso de crecimiento y necesitan cosas.

Lo peor de todo es que uno a uno, desde que me casé, no sé si irresponsablemente o por ignorancia, han ido llenándose de hijos, lo peor de todo es que a pesar de ello, no ven la forma de mejorar, no ambicionan nada, se levantan, comen, trabajan, van al baño, duermen y así todos los días, no hay otra cosa más que hacer.

Viven cada uno por su lado, é incomunicados, se reúnen sólo para salir a discotecas para tomar, nada más, ello me enerva.

Luego del almuerzo, pasamos a la sala a beber y comer unos bocadillos que se prepararon para la ocasión, estuve en todo momento incómodo, pues mis cuñados siguieron con las indirectas, pero más que molestarme, al verlos ahí, todos amontonados con sus mujeres é hijos, en un cuadro tétrico, me dio pena.

Al promediar las 7pm, nos retiramos de la casa, me despedí de mis suegros, agradecí la atención prestada, nos acompañaron hasta el carro, no quisieron ir dejar ir a su nieto mayor, al rey, cómo ellos le dicen, pero al ver a los lacayos de mi hijo se me quitaron las ganas de quedarme un rato más.

Una vez ya por la Vía de Evitamiento, cuándo estuve entrando por Javier Prado hacía San Isidro, al sentir el aroma del Olivar, pude por fin, esbozar una sonrisa, ya estaba en mis dominios.