De noche en la Ciudad : Mi última noche en Madrid ( Iera parte )

Estuve por Madrid, descansando un poco de todo el bullicio de Lima, asistí a un Congreso Internacional sobre Libertad de Expresión, gracias a una invitación que me hicieron con todos los gastos pagados, auspiciada por la ONU, la oportunidad era propicia, para liberarme del estrés citadino, y aprovechar la ocasión.

La sociedad española, es muy libertina, en bares y discoteca se respira un amor libre, libre de todo aquella hipocresía limeña, que nos hace a todos, seamos heterosexuales, homosexuales, bisexuales, o sea lo que fuere, esclavos de la noche, y la utilizemos para salir de la prisión en la que vivimos, ello que algunos llamamos "Presión Social". Reverenda estupidéz.

Cómo hombre, que sucumbe rápidamente a los deseos carnales, aproveché la última noche en Madrid, para salir en busca de aventuras, pero más que ello, salí a ordenar algunas ideas, que hacía tiempo, rondaban por mi cabeza.

Entré a un bar, pedí un vodka tonic, el lugar se encontraba repleto, no me alejé mucho del hotel, estuve casi una hora, pensando mucho, sobre mi, típico episodio que siempre me ocurre, cuándo estoy fuera del país, ordené ideas, dando prioridad a las que tenían que ver con mi futuro familiar, laboral, académico y empresarial.

Luego de beber 3 copas de vodka tonic y una de vino, me sentí algo mareado, será por la poca frecuencia con la que bebo licor actualmente, o por sentir nostalgia por mi hijo, a quién ya no veía casi un mes, dicho sea de paso. Sea cuál fuere el motivo, me sentía ebrio, eso era peligroso para mí, estando además, en un lugar que no era mi hábitat natural.

Pagué la cuenta, pero antes de salir, me dió ganas de miccionar, al acercarme la baño, estaba ocupado, no me quedó más remedio que esperar, cuándo al fin pude ingresar a uno de los cubículos, ví por el espejo que en el lavabo, había un chico que me estaba observando sin descaro alguno la bragueta, pues para variar, la tenía abierta.

Me hizo un gesto, que lo tomé por provocación, eso era una invitación, me arreché un poco, entré al baño, lo tenía parado, mire de reojo por la puerta, seguía en el lavabo, miccioné y salí. Lo miré, me respondió la mirada, al acercarme a secarme las manos, me dijo : Que rico culo tienes. Me quedé atónito.

El muchacho en mención, tenía un físico increíble, cabello rubio, ojos celestes, y se notaba que hacía ejercicios, me parecía una buena oportunidad para despedirme bien de la península ibérica, no era español, se le notaba su raigambre europeo, me invitó a su mesa, noté , para sorpresa mía, que había estado sentado frente a mí, es decir me había observado desde que había llegado...