Mi vida transcurría en medio del trabajo , la universidad y la rutina

Cuándo ingresé a la Universidad Nacional Mayor de San Marcos a estudiar Medicina, lo hice sólo con un fin, demostrarme, a mí mismo que podía ingresar a las más prestigiosa universidad del Perú, nada más, vocación aparte, que sí la tenía desde chico , se desvaneció en el segundo ciclo, me pareció lo más aburrido del mundo, mis buenísimas calificaciones, hacían presagiar que sería un excelente médico, pero yo ya lo había decidido : cambiarme de carrera.

Pensé en muchas opciones : pero al final quedaron dos alternativas : Ciencias Políticas y Comunicaciones, de elegir una tenía también dos opciones : la Universidad San Martín de Porras o la Pontificia Universidad Católica del Perú, así que elegí la Universidad de San Martín de Porras, facultad : Ciencias de la Comunicación.

El paso de una universidad a otra, fue mero trámite burocrático , previo pago de 2,000 soles, me trasladé en el verano, en abril siguiente comenzaría mi IIIciclo, pero ya de Comunicaciones.

Mis padres se sorprendieron mucho por el cambio, pero lo respetaron , ellos no se enteraron de nada al comienzo, pues estaban fuera del país, al llegar, yo ya me había pasado a la San Martín, y ya estaba estudiando, no les di tiempo a nada, ni a reclamos, ni a reproches, lo bueno que siempre respetaron mis decisiones, además : ya estaba todo consumado.

Al ingresar al aula de III Ciclo A, en la mañana, todo cambió para mi, personas y amistades que conocí é hice con el pasar del tiempo, fueron especiales , el salón era uno solo, todos unidos, la gente, toda era de un mismo nivel, no habían diferencias , ni alguien menos ni más que nadie, todos éramos, simplemente iguales.

Formé un grupo de amistades compacto, entre chicos y chicas, conmigo éramos 10, siempre andando de un lugar a otro, todos juntos, no estábamos aislados ni nada por el estilo, simplemente que fuimos durante los siguientes 4 años, inseparables, fuimos, y somos, hasta la fecha, buenos amigos.

Innumerables juergas, interminables borracheras, tediosos trabajos de investigación, hastiantes trabajos de campo, irritantes exposiciones, estresantes sesiones de estudio, en todo siempre juntos, algo que nunca podré olvidar.

Al pasar los meses y los años, mientras avanzaba la carrera, me terminé de dar cuenta que esto era lo mío, adoraba las comunicaciones, adquirí hábitos , para toda la vida, cómo leer mucho, espectar atentamente noticieros enteros, diarios extensos, utilizar un vocabulario permanente, y otras cosas más, ser crítico y observador, ser mas juicioso, y saber escuchar a las personas.

También despertó en mí, la pasión por hacer obras sociales, saber que siendo comunicador, tenía las puertas abiertas para hacer muchas gestiones, y ayudar a muchísima gente, ello fue también una constante satisfacción.

Nunca me he arrepentido de tal elección, me enorgullezco de ser comunicador a los 21 años, gocé con cada materia aprendida, con cada taller tomado, con los chistosos noticieros que hacíamos, con los candentes debates que protagonizábamos, con las jocosas radionovelas que producíamos, con las larguísimas sesiones de diagramación y edición (gracias Fico), cuándo creamos nuestra propia revista, cuándo nos robaron una cámara por captar una buena foto, por todo eso y más, me siento realizado.

Gracias a todo el esfuerzo que puse, al constante soporte emocional , moral y económico de mis padres y mi familia, hoy puedo decir que soy un profesional realizado en muchos aspectos, recién comienzo a ejercer, pero ya probé, el elíxir de mi vida, mi pasión :
Ser periodista.

Que venga lo que venga, estoy preparado.