Todos me miran, porque sé que soy lindo, porque todos me admiran

El primer día de clases, fue un pandemonio para mí, me levanté temprano, a eso de las 6am, mi nana me preparo un terrible desayuno, a pedido de mi padre ( jugo especial y queque de chocolate), al ver aquello , con alto contenido de grasa y carbohidratos, no quise comerlo, pero era casi obligatorio hacerlo, a mi nana no podía decirle no, además ya estaba con la hora. Mi papá se salió con la suya, cómo para aguarme la emoción de mi primer día en la universidad. Bah ¡ no lo lograría, al menos no él.

Ni bien me levanté me di un duchazo con agua fría, como para reaccionar, luego de hacerlo, puse a escoger que ponerme tenía varias opciones, no quería aparentar mucho, pues sabía de la clase de gente, que había en esa universidad, sabía del nivel de muchos, y en fin, no quería opacar a nadie, no estaba en mi mundo cómo para sentirme bien, los presentía cómo ajenos a mí, así que no quise verme tan diferente a ellos, pero tampoco perder mi propia identidad. Eso ni dudarlo.

Después de muchas cavilaciones, opté por algo simple, cómo decir de diario, un jeans plomo tommy hilfiger focalizado, un polo blanco billabong, mis sandalias de cuero negro bruno ferrini, y mis lentes de sol versace, nada más, sin ningún otro aditamento más, que una cadenita de oro, y un anillo de oro blanco de mi promoción del colegio. Al verme en el espejo parecía un jovencito cualquiera, sentí que pasaría inadvertido, eso era lo que quería, que nadie me tome atención, aunque ello fuese difícil.

Subí a la camioneta, que para colmo tenía placa militar, pues mi papá hizo el trámite, ya que lo sacó a su nombre : cuándo cumplas 18 te lo traspaso, me dijo, aprendí a manejar dos semanas antes, en el Touring, pero tenia miedo, la hora avanzaba, así que le dije a Tomás, el chofer de mi papá, que me acompañara, pues él vivía cerca de allí, yo manejaría , pero necesitaba un guía, pues ni siquiera sabía como llegar a la universidad.

Enrumbamos despacio, algo de 50km p/h, llegué a las 8.15am, por suerte había un estacionamiento cerca, dejé el carro, y le di 10 soles a Tomás, de los 100 que tenia, para que vuelva a la casa : yo regreso solo, puedes retirarte, le dije, está bien joven, venga con cuidado, y buena suerte en su primer día de clases, gracias Tomás, finalice, y entré a la U.

Me enterneció el bueno deseo de Tomás , estaba feliz , el día debería presentarse auspicioso para mi.

En la puerta de ingreso me pidieron mi identificación, y me dieron la ubicación de mi aula, había un culo de gente, de todo tipo, cómo estaba con lentes oscuros, pasé inadvertido, o eso creí, llevaba mi canguro entre cruzado, caminé rápido, entré , todo fashion , habrían algo de 20 personas entre chicos y chicas, y era terrible, todos pelados, casi me cago de la risa, al pasar en medio del salón, para ubicarme, sentí algunos cuchicheos, entre las chicas, escuché algún silbido, pero lo ignoré, preferí no mirar a nadie, así que no me hice problemas.

Me saqué los lentes oscuros, pues ni modo, me había puesto mis lentes de contacto color verdes, pues mis ojos son celestes, para impresionar más a la chusma, y más con mi cabello rubio resaltaba muy bien, algunas chicas voltearon a verme, y continuaron cuchicheando . Bah ¡ serranas de mierda, cómo si nunca hubiesen tenido visto un chico tan guapo cómo yo. Bah ¡ cholitas aguantadas.

A los 10 minutos ingresó el director académico de la facultad, para saludarnos , darnos algunas recomendaciones, cuándo estuve, atento escuchando, recordé a ése viejo, era amigo de mi papá, trabajaba en la clínica Anglo – Americana , él me conocía, me llamaba Luchín, todo ordinario, yo lo detestaba por eso, mi madre decía : cómo distorsiona tu nombre diciendote Luchín, tú eres Luiggi, por Luis Gustavo, no Luchín, así se les llama a los serranos, tú no eres cómo ellos, pero yo había cambiado demasiado, desde la última vez que lo vi, hacía 5 años, no creo que me recordase a simple vista.

Como estaba sentado casi al último, no creí que me viera, en eso, se le ocurrió la magnífica idea ,viejo estúpido, cómo en primaria, de hacernos parar y presentarnos, uno por uno, manifestando nuestro nombre completo, nuestro colegio de procedencia, y el distrito en que vivíamos, luego de tantos Quispes, Mamanis, Díaz, Sánchez ,Gonzales, Huaynalallas, Mayhuascas, y de escuchar lugares innombrables : San Juan de Lurigancho, Comas, Los Olivos, Puente Piedra, Rímac, Villa el Salvador, entre otros, me tocó el turno a mí .

Me llamo Luis Gustavo VELAOCHAGA DE LA O , vivo en San Isidro, y vengo del Colegio San Agustín, también de San Isidro.

Miradas sorprendidas, pero más la del viejo, me dijo : Luchín Velaochaga ¿ , hijo del jefe de la VII Región Militar ¿, que haces por aquí ¿ medicina ¿ .

Pensé : si viejo de mierda, estoy aquí , entre tanto serrano, tratando de no mezclarme, si estoy en una universidad nacional, y no porque mis padres no puedan pagarme la mejor universidad, si no porque yo quise, además porque soy libre de elegir donde mierda estudiar, y no me llames Luchín, que te voy a sacar la gran puta.

Tuve una salida : Así es Dr. Chapoñan, pues así apellidaba el igualado ese, aquí estoy, cómo todos, queriendo estudiar, a que hora vendrán los profesores ¿ , que todos tenemos ganas ya de aprender. Risotadas generales. Te cagué viejo de mierda.

Ah, continué, mi papá sigue en la Jefatura de la VII Región, así que si desea le doy su número, si desea una cita con él, acto seguido, saqué una de mis tarjetas de presentación, y le anoté el número del nextel de mi papá, cuándo guste nomás ¿, y me senté.

Siguieron las indicaciones , yo presté atención, al rato se fue, y cómo enviadas del mal, se acercaron varias chicas y chicos a mi carpeta : habla Luchín, cómo estas ¿.

Ya tenía una chapa en el salón , todo por el viejo de mierda ése, todos me empezaron a llamar : Luchín, para acá, Luchín , para allá, y no pude quitarme ese estigma al menos ese año, que solamente estuve ahí.