Quisiera decirte a la cara , que ya no me haces falta, para poder vivir

Estuve hace unas noches , en la soledad de mi habitación, cavilando , mi intromisión en la vida marital de Joaquín, lo más terrible posible, fue darme cuenta que lo hice, en pleno uso de mis facultades, triángulo amoroso del cuál yo, fui, el otro, la trampa, el amante, entre otros apelativos que me quieran dar, y obviamente, salí perjudicado, aparte de Renato mismo, salí lastimado, más que todo en mis sentimientos.

Digo esto, pues si hago un balance pormenorizado, de lo sucedido, fui el gran perjudicado, ya que al ser la primera vez que me sucede esto, enredarme un chico, cosas pero muy fuertes, me termina saliendo las cosas mal, obviamente al ser mi partner, un hombre “casado”.

Éste tormento de amor, éste muchachito, me marcó, lo tengo claro, aún pienso en él, sabiendo que lo tengo cerca, a una sola llamada, y de volver a vernos, estoy seguro, sería el inicio de otra obsesiva situación, quizás más fuerte que la anterior, algo inevitable, diría yo, pero , por mi parte, ya fuera de lugar.

Creo que las tormentas pasan, y ya pasó, ya no tengo necesidad de verlo, a pesar de que , sinceramente, lo añoro, extraño sus besos, sus caricias, su tierna forma de mirarme, sus manos, su rostro, sus labios, su pasión, sus gemidos, su aroma, su fuerza a la hora de amar, las estrujadas, lo extraño tanto, no lo puedo negar, pero ya no puedo volver con él, ya no puedo.

Si alguna vez cometí un error, no lo volvería a hacer, no me merezco, ser la trampa, el concubino o el amante de un adefesio, de un pobre diablo, de un inferior en todo sentido, de un don nadie, de un parásito, no lo merezco, yo valgo más, que él y toda su árbol genealógico junto, no soy un cualquiera, ni poca cosa, para llevar ése sobrenombre, y si me equivoqué al elegirlo, me equivoqué, lo acepto, pues al saber su situación sentimental, no debí de seguir con él, pero puedo más lo desconocido, lo nuevo en mi, que seguí, y me dejé sumergir en ésta vorágine de sensaciones , algo tormentoso para mi novel corazón.

Alguna vez pensé en enamorarme, y de hacerlo, sería de una persona que realmente me merezca, y viceversa, pero la primera vez que lo hice, fue de la persona menos indicada, todo esto fue un fraude, una farsa, fue nada, pues formalmente nunca fuimos nada, aunque yo hasta el último día de todo esto creí estar con él. Pobre estúpido.

A pesar de que él nunca me pidió para estar con él, lo sentí, muchas veces, me demostró que yo era sólo para él, que no había nadie más en su vida que yo, muchas veces, muchas noches, muchas palabras, muchas acciones, muchas muestras, pero al final, cómo un castillo de naipes se derrumbó. Que idiota fui.

El tiempo se ha encargado poco a poco de ir dejando pasar esto, mi corazón está herido, aún, no quiero querer a nadie, no confío en nadie, aún mi interior reclama, pidiendo respuestas, solicitando explicaciones a un receptor que ya no está, que ya fue, que no está cerca.

Porqué tuve que enamorarme de él ¿ Porqué tuve que ser él ¿, dentro de tantos miles de hombres en el mundo, él tuvo que ser el primero en mi vida, porque ¿ , no me lo explico aún, aunque todo tiene respuesta, ésta aún no llega a satisfacerme, algún día, tendré respuestas, espero que así sea.

Si me alejé de todo esto, de Joaquín y Renato, fue por dos cosas : por decisión propia y a pedido de Renato, que quería confirmar si todo lo que había pasado entre nosotros fue cierto, aún no comprendía la magnitud del engaño, y lo entiendo, lo comprendo, cuándo uno quiere, se obnubila, a mi me ha pasado, pero a pesar de darle detalles específicos de los lugares en los que estuvimos, lugares a dónde me llevó, y en dónde tuvimos sexo, detalles que de seguro lo hicieron llorar, aún seguía con su propia farsa, su propia estafa, de pensar “que todo fue mentira” o un “invento mío”. Pobrecito.

Me alejé , y fue necesario, para darme cuenta también, de la clase de porquería con la que me había metido, para darme cuenta, del bajísimo nivel al que había llegado, al meterme con alguien así, y por fin pisar tierra, y reaccionar.

No sé que pasaría si ahora lo tuviera en frente, es algo que quisiera que pase, para ver mi reacción, pero a la vez no quiero traicionar mis cuitas y dejarlo hacer con lo poco que me queda de dignidad lo que él quiera, ya no, ya no te dejaré infeliz , ya no dejaré que hagas conmigo, lo que hiciste.

Ahora ya no pienso, en tener nada con nadie, personas por ahí hay muchas, hay muchos con los que me acuesto, y se creen con derecho de poderme insinuar algo sólido, estúpidos ¡¡¡, hombres que hacen mil méritos para que siquiera los mire, hay por montón, pero los ignoro, no quiero, no lo estoy buscando, no deseo elegir, ahora pienso en otra cosa, la tempestad está llegando al final, mi vida ya tiene sentido nuevamente, no deseo saber de hombres, ni de relaciones, no me interesa ¡¡¡¡¡.

Tiempo tengo de sobra, soy joven, pienso en mis intereses, ya no en cojudeces de amor o parejitas, estoy curado de eso, tengo 21 años, y lo que venga, ahora será mejor, estoy seguro de eso.

Suerte Joaquín en todo lo que te propongas, cómo te dije una vez : Me cagaste el cerebro, pero para bien, ahora tengo otra visión de la vida, de los hombres, de la mariconada ,de todo, todo esto es por algo, es por mi bien, te agradezco, pues hiciste que mis sentimientos se endurecieran, hacía ti, y hacía todos quiénes pretendan tener algo conmigo, mi corazón estará en un permanente interregno sabático.

Y todo gracias a ti, sigue pensando que estoy en Lima, es mejor así, no quiero que veas el cambio que he tenido, físico ni de ideas, quédate con el recuerdo, pues sé que me recuerdas, y nunca podrás olvidarte del Luis Gustavo que conociste, de aquel mocoso, que engatusaste, de aquel que te miraba embelesado, de aquel que dejaba todo por ti, de aquel que hacía todo lo que le pedías sin decir nunca no, todo lo que le proponías, ése imberbe muchacho, aquel estúpido , patético y manipulable ya falleció, o ya se fue a Lima, como piensas, derrotado, fracasado, burlado pues eso crees, el Luis Gustavo que escribe esto, es otro, más seguro de sí mismo, más maduro, totalmente opuesto al de antes, así que si nos encontramos algunos de estos días por el centro, créeme que no seré yo, ahora, quién te pase la voz.

Hasta siempre.